sábado, 24 de mayo de 2014

Osun Requiem

Calixto Álvarez es un músico nacido en 1938 en Cuba (Santa Isabel de las Lajas). Estudió piano, órgano, cello y composición, primero en su Cuba natal y luego en Estados Unidos, en el Julius Hartt College of Music. A su regreso a Cuba continuó su formación con Leo Brower y otros profesores. Muy vinculado desde siempre con el mundo teatral, ha llevado a cabo varias composiciones para la puesta en escena de diversas obras de teatro.

Este es el caso del Osun Requiem, obra escrita en el año 1988 para acompañar la representación de la obra Requiem por Yarini. Escrita para coro a capella, se divide en once números, que originalmente se iban interpretando intercalados, en los momentos en que se pausaba la acción. La obra, escrita por Carlos Felipe Hernández, está basada en un personaje real, un famoso proxeneta de la Habana, llamado Alberto Yarini Ponce de León.

Y os preguntaréis, ¿y por qué tituló su obra así el compositor?

Osun es una de las deidades de la religión Yoruba. Esta religión es originaria de Nigeria, y llegó hasta Cuba con los esclavos procedentes de esta zona de África. Allí en el Caribe se produjo una inevitable fusión con la religión cristiana, dando lugar a lo que se denomina "Santería", que no es más que el resultado de un proceso de sincretismo entre los santos cristianos y los Orishas y otras deidades de los diferentes cultos africanos.

La deidad Osun representa el guía, el vigilante que vela por toda persona, y simboliza también la protección de sus ancestros. Representa además la propia vida del individuo, mediante su verticalidad; cuando Osun se pone en posición horizontal, está anunciando la proximidad de la muerte.

En la obra de teatro Requiem por Yarini aparecen numerosas referencias al sincretismo y a las deidades de la religión Yoruba. Por este motivo, la letra del Osun Requiem mezcla el texto de la misa de Requiem en latín con textos escritos en dialecto lucumi, que es el que se utiliza para las ceremonias de santería en Cuba.

Aunque, como hemos dicho, está escrita para coro mixto a capella, también se puede cantar con acompañamiento de percusión. Su interpretación exige mucho trabajo por parte del coro, dada la mezcla de diferentes ritmos - bastante complejos, además- y colores entre las diferentes voces. El número más popular, quizá por su menor dificultad técnica -y sólo técnica-, es el Lacrimosa.

Aquí os dejamos un vídeo con el primer número del Requiem, en una impecable interpretación del Coro Polifónico de Cuba en Mayo de 2012. Es una auténtica maravilla. ¡A disfrutarlo!

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